Fue creada por Gabriel Vargas a encargo del coronel José GarcÃa Valseca, dueño de Editorial Panamericana, "Los Superlocos" fue concebida para competir con "Los Supersabios". Desde el tÃtulo mismo remite a la historieta de Germán Butze, por entonces una de las piezas estelares de la revista "Chamaco". Los primeros episodios -firmados por Vargas con el seudónimo "Velo"- están protagonizados por dos jóvenes inventores (como Paco y Pepe en "Los Supersabios") que tienen por enemigo al militar Jilemón Metralla y Bomba. Sin embargo, al poco tiempo los remedos de "Supersabios" desaparecen y don Jilemón se convierte en el personaje central de la serie. En palabras de su creador, Jilemón es: "El cábula más grande que ha dado la humanidad" (cábula, según Carlos Monsiváis, es un "término insustituible que define al que molesta para reÃrse, y se gana espacios sociales a través del choteo y de la carga arrabalera del relajo").
El personaje es un pÃcaro en el más amplio sentido del término: un regordete que se abre camino a base de trapacerÃas y desparpajo; con varias ex esposas, sus matrimonios nunca duran más de 8 dÃas, lo que no le impide procrear cada una cuantiosa prole en cada uno de ellos. Jilemón es "Cachetón con nariz de granada y pelos de azotador", "Más feo que una groserÃa de cargador, pelos de alambre, nariz de esponja y cachete de bolsa".
"Los Superlocos" es una historieta que -desde el punto de vista de la picaresca- da cuenta de la Ciudad de México de los años cuarenta, de la era del llamado Milagro mexicano y la corrupción alemanista. La serie aborda con gozo y desenfado ambientes y personajes varios de una ciudad en tránsito hacia la industrialización. Recrea la metamorfosis experimentada por la capital de un paÃs en vÃas de dejar de ser eminentemente rural, por la que el monero siente, sin duda alguna, un entrañable cariño.
"Los Superlocos" es, además, una serie gráficamente desorbitada, con viñetas pletóricas de mensajes, personajes y escenarios minuciosamente trabajados. Sobre la cabeza de don Jilemón se suceden bombines, cachuchas, salacotes, boinas, carretes, jipijapas, panamás, gorras de marinerito y sombreros charros, al tiempo que devora tortas, tacos, helados y paletas, y se traslada en patinetas, carritos, triciclos y caballitos de madera... De su brazo cuelgan lo mismo bastones y paraguas que animales, como un perro desguanzado y un pollo que responde al nombre de Ramiro.
Por la historieta desfila una gran cantidad de personajes como el gringo Nepomuceno, el argentino Chava Pistache, el mexicano y sensato Aniceto, el teporocho Fofoy (cuya cantaleta es siempre "déme para mi vicio"), los polvorientos rancheros "Güen Caperuzo" y su hermana Caledonia (caciques del Valle de los Escorpiones), la pequeña Cuataneta (abnegada sirvienta de Jilemón) y sus hermanos Elpidio y Talocha, el boxeador Kid Vejigo (novio de Cuataneta), la taquÃgrafa Glafira (quien deja la oficina, deslumbrada por el triunfo en los escenarios que le promete el regordete picaro) y, entre otros muchos, Nicéforo, que es la envidia de Jilemón:
"era feliz, se ponÃa cuete diario y siempre amanecÃa en el bote... qué vida tan sencilla llevó. ¡Ah, cómo lo envidio!!".
El Che Pinollilo es el hijo de don Jilemón; tan mujeriego como su padre, estudia en el extranjero, pero frecuentemente tiene que regresar a México para sacar a su progenitor de algún embrollo. Incluso antes de protagonizar su propia historieta, Regino Burrón, Borola Tacuche de Burrón y sus hijos Macuca y el Tejocote ya aparecen como personajes secundarios de "Los Superlocos".
El "Señor Burrón" debuta como personaje de esta serie en el número 3544 de "PepÃn" (1 diciembre 1948). Al principio don Regino no es peluquero, sino vendedor ambulante de afeites para mujeres. Es un abonero que trata de escamotear unos pesos de sus ventas y ocultárselos a su infame esposa, Borola Tacuche de Burrón, para "ir el sábado a echarse unas copas con sus amigos." La serie ya protagonizada por la familia Burrón, que al principio y durante toda la época que aparece en "PepÃn" se titula "El Señor Burrón o Vida de Perro", se comienza a publicar en paralelo con "Los Superlocos" en el número 3786 de "PepÃn" (31 julio 1949).
"Los Superlocos" aparece también en las páginas dominicales de Esto, el diario deportivo de Editorial Panamericana. En 1950 la serie abandona las pequeñas páginas de "PepÃn" -que ahora ocupa definitivamente "El Señor Burrón o Vida de Perro"- para trasladarse a las algo mayores de la revista Paquito, también de Editorial Panamericana. Al poco tiempo aparece con formato de cómic book independiente, impresa a color y con periodicidad quincenal, bajo el tÃtulo "Paquito presenta Don Jilemón". Reediciones posteriores: Esto, Editorial Panamericana, 1949; "Paquito presenta", Editorial Panamericana, 1950-1953.
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