La historieta Don Jilemón, publicada el 1 de marzo de 1953, en la que el personaje, identificado por ser machista, racista, transa, corrupto, explotador, malvado, golpeador de mujeres, abusador de niños y ancianos, envenenador, ladrón, embaucador, mujeriego e impostor, le comparte a su hijo que pondrá un taller de costura, con el que piensa hacerse rico a costa de mujeres que por dos pesos diarios pasarán horas pegadas a una máquina.
Las publicaciones, difÃciles de conseguir hoy dÃa, es una oportunidad única del visitante de acercarse al material. En la exposición que asistimos, pudimos ver las vitrinas rectangulares donde se pueden leer fragmentos de las historias creadas por Gabriel Vargas, caracterizadas por ser un reflejo de la sociedad de aquellos años.
Se pueden ver varias de las historias de Los Superlocos, en la que el lector descubre a la Ciudad de México de los años cuarenta, de la era del llamado Milagro mexicano y tránsito a la industrialización.
Además, a través de los trazos de Gabriel Vargas se aprecia la arquitectura de la Ciudad de México y sus edificaciones emblemáticas que realizó el artista en lo que fue la última época de Jilemón Metralla, publicada en la revista PepÃn.
En una de las vitrinas se destaca que Carlos Monsiváis solÃa hacer notas sobre los ejemplares y que fue tal el éxito de Jilemón Metralla que un actor lo personificó en funciones del circo Atayde Hermanos, de las cuales se pueden ver algunas fotografÃas publicadas en las mismas revistas mexicanas de historietas.
La exposición incluye un anexo con obra de Jaques Tardi, considerado uno de los padres de la novela gráfica francesa, perteneciente a la Colección Monsiváis y a la Casa de Francia.
Jilemón Metralla y Bomba, explicó en vida su creador, Gabriel Vargas, es “el cábula más grande que ha dado la humanidad”. El término cábula, decÃa Carlos Monsiváis, define al que molesta para reÃrse, y se gana espacios sociales a través del choteo y de la carga arrabalera del relajo.
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