Los Burrón No se Achicopalan ante la Crisis - EL PASADO Y FUTURO DEL COMIC

Los Burrón No se Achicopalan ante la Crisis


 

Los Tacos de la Familia Burrón en el Callejón del Cuajo

Era una mañana cálida en el Callejón del Cuajo, y la familia Burrón despertaba con el sol brillando y el bullicio típico del barrio. Borola Burrón, siempre llena de ideas creativas, tuvo una epifanía mientras preparaba el desayuno. Decidió que la familia necesitaba un nuevo proyecto para ganar algo de dinero extra y, ¿qué mejor que vender tacos justo en la puerta de la vecindad? Con su entusiasmo contagioso, Borola convenció a su esposo Regino y a sus hijos Macuca y Regino Jr. para embarcarse en esta nueva empresa.


La cocina de los Burrón se convirtió en una verdadera fábrica de tacos. Borola, con su habilidad para la cocina, empezó a preparar diferentes guisos: chicharrón, papa con chorizo, frijoles refritos y carne asada. Macuca y Regino Jr. ayudaban picando cebolla y cilantro, y preparando las tortillas con una prensa que parecía tener siglos de antigüedad. Don Regino, con su porte serio, se encargaba de organizar los ingredientes y asegurarse de que todo estuviera en orden.


El aroma de los tacos empezó a llenar la vecindad y los curiosos comenzaron a asomarse para ver qué estaba pasando. Borola, con una sonrisa amplia, decoró la entrada de la vecindad con coloridos papelitos y un cartel hecho a mano que decía: "¡Tacos Burrón, los mejores del barrio!" Pronto, los primeros clientes comenzaron a acercarse, atraídos por el olor y la animada atmósfera.


Borola, siempre carismática, atendía a los clientes con una rapidez y eficiencia que asombraba a todos. Susano, fiel amigo de la familia, se encargaba de atraer a más gente, gritando a todo pulmón: "¡Tacos calientes y sabrosos, vengan a probar los mejores tacos de la ciudad!" Macuca y Regino Jr. corrían de un lado a otro, llevando tacos a los clientes y asegurándose de que nadie se quedara sin su deliciosa porción.


Sin embargo, como en toda gran empresa familiar, no todo fue perfecto. A mitad del día, empezaron a surgir algunos problemas. Un grupo de traviesos niños del barrio, encabezados por el joven Chonito, decidió jugar una broma a la familia Burrón. Aprovechando un descuido, llenaron una canasta de tortillas con confeti en lugar de tacos. Cuando Borola intentó servir a un cliente, una lluvia de confeti salió de la canasta, causando risas y aplausos de los espectadores. Borola, aunque sorprendida, no pudo evitar reírse y rápidamente repuso las tortillas.


El caos continuó cuando don Regino, que se había distraído conversando con un antiguo amigo, dejó caer una olla de salsa verde. La salsa se esparció por el suelo, creando una pista resbaladiza que provocó una serie de cómicas caídas, empezando por el propio Regino y siguiendo con algunos clientes despistados. A pesar del desastre, la familia Burrón mantuvo el buen humor y continuó sirviendo tacos, riendo y limpiando el desorden al mismo tiempo.


Al caer la tarde, Borola decidió que era momento de un espectáculo especial para cerrar el día. Se subió a una caja y comenzó a contar historias divertidas del barrio, incluyendo algunas anécdotas sobre sus vecinos más peculiares. La gente se reunió alrededor, escuchando atentamente y riendo a carcajadas.


Para sorpresa de todos, incluso Lucila Ballenato, "La Gorilona", apareció para apoyar a la familia Burrón. Con su imponente figura, ayudó a servir los últimos tacos y atrajo a más clientes con su voz fuerte y amigable. La presencia de Lucila añadió un toque especial al evento, haciendo que la venta de tacos fuera aún más memorable.


Al final del día, la familia Burrón estaba agotada pero feliz. Habían vendido todos los tacos y ganado suficiente dinero para cubrir algunos gastos extras. Pero más que eso, habían fortalecido su vínculo familiar y creado recuerdos inolvidables en el Callejón del Cuajo.


Mientras limpiaban y guardaban las cosas, Borola miró a su familia con orgullo y dijo: "Hoy hemos demostrado que juntos podemos lograr cualquier cosa. ¡Los Burrón somos invencibles!"


Y así, la gran aventura de los tacos de la familia Burrón quedó grabada en la memoria del barrio, como un día lleno de risas, trabajo en equipo y el espíritu inquebrantable de una familia unida.


1 comentario:

  1. Que bonitos recuerdos quedaron en mi memoria, de cada uno de los Personajes de mi Revista favorita de La Inolvidable Familia Burron.🥰🤗😥

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